Chistes
de vecinos
Que dirán los vecinos
Era verano y hacía un calor
insoportable.
El marido sale del baño y le dice a su
mujer:
-Gordita, hace mucho calor y tengo que
cortar el césped ¿Qué crees tú que dirán los vecinos si salgo en
pelotas?
La mujer lo mira y responde:
- Que probablemente me casé contigo
por tu dinero
¿No sabes japonés?
Un tipo fue a visitar a su amigo y
vecino japonés que había sido víctima de un grave accidente
automovilístico. Estaba en la UCI.
Al llegar encontró al nipón todo
entubado. Un tubo por aquí, un tubo por allá… Cables por todas
partes.
Se quedó allí parado, en silencio, al
lado de la cama del amigo de ojitos rasgados, que se hallaba sereno y
reposando con todas aquellas mangueras conectadas
a su frágil cuerpo. De repente, en un
momento dado, el japonés despierta y con los ojos casi fuera de
órbita, grita:
- ¡ SAKARO AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI
MASHUTA!
Dicho esto, suspiró y pasó a mejor
vida.
Las últimas palabras de su amigo
muerto, quedaron grabadas en la mente de nuestro protagonista. En el
funeral del japonés, el individuo en cuestión se
aproximó a la madre y a la viuda y les
dijo abrazándolas:
- Señora Fumiko y señora Shakita,
nuestro querido Fuyiro, segundos antes de su fallecimiento, me dijo
estas palabras que no consigo olvidar: ” ¡ SAKARO
AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI MASHUTA!”
Y no sé qué quieren decir.
La madre de Fuyiro se desmayó casi al
instante, y la viuda miró asustada al vecino.
El tipo insiste:
- ¿Qué quieren decir esas palabras,
señora Shakita.
La viuda lo miró con rabia y
respondió:
- "¡NO PISES LA MANGUERA DEL
OXÍGENO, ANIMAL!"
Vecina gorda
Un niño fue golpeado por la vecina y
la madre furiosa fue a pedirle explicaciones:
- ¿Por qué le pegó a mi hijo?
- Por maleducado, me llamó gorda.
- ¿Y cree que pegándole va a
adelgazar?
La mujer con la toalla
Una bella mujer joven sale de la ducha,
se envuelve con una toalla yavisa a su marido que ya puede ducharse.
Cuando él entra en la ducha suena el timbre de la puerta. La esposa
le dice que ella abre, y baja a abrir la puerta envuelta en la
toalla.
Al abrir la puerta se encuentra a su
vecino Antonio, quien se queda sin palabras ante la visión que le
ofrece la señora. Entonces, él saca dos billetes nuevecitos de 100
euros y le dice a ella que son suyos si deja caer la toalla hasta la
cintura.
Ella piensa, "¿por qué no?",
de modo que deja caer la toalla y deja sus senos al descubierto ,
entonces coge el dinero. Antonio jadea ante lo que ve; saca
prontamente otros 200 euros y se los ofrece por dejar caer la toalla
hasta el suelo para ver todo el asunto. La mujer piensa que ya había
llegado bastante lejos, así que no le importaba hacerlo, y deja caer
la toalla al suelo enseñando su precioso cuerpo. Antonio la
contempla un momento, le da las gracias y se va.
Cuando ella sube de nuevo, su marido
que acababa de salir de la ducha, le pregunta que quién había
llamado a la puerta.
Ella contesta:
- Era nuestro vecino Antonio.
- ¿Y ha traído los 400 euros que me
debe? - pregunta el marido.
Jaimito llorando
Jaimito estaba llorando
desconsoladamente en el portal de su casa, y en esto una vecina que
se lo encuentra le dice:
-No llores Jaimito, que te vas a poner
muy feo.
-¡Joooo! Le responde Jaimito. ¡Pues
que rabietas más horribles debe pillar usted!
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